Hola, mi nombre Isaac, vivo en Sant Feliu de Llobregat, tengo 41 años y sufro una enfermedad neurodegenerativa llamada Ataxia de Friedreich. Esta enfermedad, entre otras muchas cosas, me genera problemas de equilibrio y coordinación de movimientos, lo que me hace utilizar silla de ruedas.

Fui hace un tiempo en el Centro de Vida Independiente para participar en un estudio sobre las posibilidades de domótica ligada a aplicaciones del móvil. A mí todas estas cosas me gustan bastante y todo lo que sea facilitar las actividades de la vida diaria bienvenido es. Yo en casa ya tenía algunas cosas ligadas al móvil, pero realmente allí me enseñaron muchas más y pude ver una muy buena solución, de fácil montaje y coste asequible, que hace tiempo que buscaba y que yo no tenía todavía solucionada a casa.

Yo, como he dicho antes, tengo graves problemas de coordinación y me costaba mucho y muy poner la llave en la cerradura de la puerta para abrir y cerrar. Bueno, pues allí pude probar una cerradura que abre y cierra la puerta con el móvil, lo que me facilitó mucho la vida y me dio mucha más independencia.

Ya hace unos meses que lo tengo instalado en casa y va de maravilla

Muchas gracias CVI !!!

Hola soy Araceli y tengo parálisis cerebral. Hace ya un tiempo que vinieron a casa las personas del CVI y me propusieron unas ayudas para poder andar mucho mejor por mi casa y estar más segura. Fueron unas personas muy cercanas y amables en todo momento conmigo.

Me pusieron unas barras que me ayudan a desplazarme mejor por varias zonas de la casa y también el baño. Además de una barandilla para poder levantarme con más facilidad de la cama.

También me trajeron unos cubiertos que me ayudan a comer mejor y un aparato para poderme poner los calcetines sin agacharme tanto y que me va muy bien.

Quiero mucho a cada una de las personas que vinieron a ayudarme.

Soy la Emilia, tengo una parálisis cerebral y tengo 39 años, para poder vivir de manera independiente, en mi casa con todas las comodidades, hace 3 años me puse en contacto con los CVI, porque me subieran aconsejar y ver qué mejoras podía hacer en mi casa. Los profesionales del centro me recomendaron cambiar la bañera para poner un plato de ducha, reformar la cocina para poder poner los muebles más a mano y poner un lavavajillas, así como la tabla para cortar alimentos y el carro con ruedas para poder llevar los alimentos . Para la autonomía me aconsejaron de comprar un andador para que tengas más seguridad a la hora de hacer desplazamientos largos por la calle.

Yo conocí el CVI a través de una vecina de la escala que iba por la calle con un andador que no había visto nunca. Veía que se podía sentarse, podía llevar la compra y era fácil de usar. Ella me habló del centro, y me recomendó ir a probar los productos y las ayudas que tenían. A mí me costaba mucho caminar por la calle, agacharme y ponerme las medias y zapatos (gastaba un número más de zapatos para poderme-las puso con más facilidad) … Por otra parte no sentía bien el teléfono cuando me llamaba mi hijo; lo llevaba siempre encima pero no la entendía.

Pedí la visita y me atendieron dos chicas. Lo que más me sirvió se pudo probar los productos que tenían en el centro. Me recomendaron aparatos que me podían ayudar en mis dificultades. Desde entonces, las mejoras han sido muchas, ya que ahora puedo vestirme con facilidad, puedo ponerme los calcetines, y llevo zapatos de mi número. Llevo un móvil que es muy fácil, tan sólo tiene cuatro teclas. En casa me han puesto un aparato para oír mejor el timbre de la puerta que me avisa con una luz. En definitiva ahora soy más autónoma, me siento más segura tanto en casa como cuando voy por la calle con el andador.

Como ya se sabe, es una gran suerte cuando llegas a grande, poder seguir viviendo en el domicilio de siempre, del que quedan los mejores recuerdos. Y más importante aún en nuestra edad, el conocimiento profundo y detallado de cada rincón que hemos ido adquiriendo a lo largo de los años, y que hace que la vivencia sea más fácil. No obstante la pérdida de capacidad se va haciendo importante, y tengo que agradecer que se hayan encontrado pequeños o grandes elementos que ayudan a desarrollar nuestras tareas diarias y que así aumenten la seguridad para valernos por nosotros mismos. Tengo que reconocer que en la mayoría de ocasiones ni sabía que existían.

Me colocaron asideros que facilitan la movilidad, un asiento para la bañera, un artefacto que hace más fácil abrir las botellas, para coger objetos del suelo, etc.

Por todo ello expreso mi satisfacción y mi caluroso agradecimiento.