Yo conocí el CVI a través de una vecina de la escala que iba por la calle con un caminador que no había visto nunca. Veía que se podía sentarse, podía llevar la compra y era fácil de utilizar. Ella me habló del centro, y me recomendó ir a probar los productos y las ayudas que tenían. A mí me costaba mucho andar por la calle, agacharme y ponerme las medias y zapatos (gastaba un número más de zapatos para podérmelas poner con más facilidad)… Por otro lado no sentía bien el teléfono cuando me trucaba mi hijo; lo llevaba siempre encima pero no lo entendía. Pedí la visita y me atendieron dos chicas. El que más me sirvió se poder probar los productos que tenían en el centro. Me recomendaron aparatos que me podían ayudar en mis dificultades. Desde entonces, las mejoras han sido muchas, puesto que ahora puedo vestirme con facilidad, puedo ponerme los calcetines, y llevo zapatos de mi número. Oporto un móvil que es muy fácil, tan solo tiene cuatro teclas. A casa me han puesto un aparato para sentir mejor el timbre de la puerta que me avisa con una luz. En definitiva ahora soy más autónoma, me siento más segura tanto a casa como cuando voy por la calle con el caminador.